Nunca me gustó obedecer y nunca miré bien a quienes usan del poder. Repugnancia me dan las personas uniformadas, no me gusta su clan, y me burlo de las "bien" educadas. Odio la hipocresía, fomento la ironía… detesto la gente lame-culos y a nadie rindo pleitesía. Me gusta el diálogo directo, sin tapujos ni diplomacias… prefiero el lenguaje que se sale del encaje y se aparta del camino recto. Pues ya lo ves: antipatía a la monarquía, antipatía a la gente que no pía, burla a la pureza impía y desprecio a la mentira. Aunque lo parezca, esto no es mi biografía… puede ser, mejor, de un rebelde la fotografía. ¡Carácter directo!